¿Quién fue el creador de la pedagogía Waldorf?
El creador de este modelo educativo fue Rudolf Stainer. La primera escuela Waldorf se fundó en 1919 en Stuttgart, Alemania. Esta escuela fue creada para los hijos de los trabajadores de la fábrica de cigarros Waldorf-Astoria y por eso que esta pedagogía lleva su nombre.
¿Qué propone esta pedagogía?
Esta pedagogía propone aprovechar y desarrollar el potencial de cada niño, con la finalidad de que las nuevas generaciones aporten ideas valiosas a la sociedad. También invita a que los niños experimenten y aprendan a través de disciplinas artísticas, como por ejemplo, pintura, tejido, escritura, instrumentos, baile, cocina. En las escuelas Waldorf los niños trabajan y aprenden con materiales de origen natural; los salones son muy acogedores, con colores cálidos, dibujos y trabajos de los niños decorando el lugar, además de juguetes y disfraces.
El método Waldorf busca que el niño tenga una experiencia personal de aprendizaje, que haga suyo todo lo nuevo que aprende y que aprenda a relacionar cada enseñanza con sus experiencias propias.
¿Qué es la educación por septenios?
Uno de los pilares centrales de la Pedagogía Waldorf consiste en el estudio y comprensión del desarrollo de la biografía del ser humano. Esta pedagogía reconoce diversas etapas en la vida de una persona, que se van dando en ciclos de siete años, que se llaman “Septenios”. Durante cada cada uno de ellos, el ser humano presenta y desarrolla determinadas características, en donde van apareciendo necesidades y capacidades. En la pedagogía Waldorf es fundamental acompañar y respetar los tres primeros septenios, de modo que los niños y jóvenes puedan crecer y formarse desde ellos mismos.
Los niños de 0 a 6 años son ubicados dentro de la llamada “primera infancia” en la que se les permite entregarse totalmente a experiencias sensoriales. Son los profesores, educadores y padres de familia quienes comparten la responsabilidad de crear un ambiente agradable y positivo para los niños. Se los estimula a trabajar con su creatividad por medio del juego. Los chicos tienen la oportunidad de disfrazarse, interpretar roles, pintar, bailar, crear, construir, cocinar y dibujar, sensibilizándolos y preparándolos para la vida.
En la llamada “niñez”, de los 7 a los 13 años, se busca incrementar en los pequeños la imaginación, así que los aspectos más rígidos y formales de la enseñanza se les presentan a través de leyendas, mitos, relatos folclóricos, parábolas e imágenes, y de este modo los alumnos no solamente aprenden, sino que se hacen sensibles a su entorno cultural.
La etapa final, de los 14 a los 21 años, establecida esta etapa como “adolescencia”, considera la individualidad de cada alumno y su maduración, puesto que a esta edad el joven ya es capaz de llegar a un pensamiento claro y experimentado; con las bases que tuvo a lo largo de su formación, el alumno podrá tomar las riendas de su propia educación de una manera responsable.
¿Cuáles son las características que diferencian a las escuelas Waldorf de las tradicionales?
Algunas de las características son:
El jardín comienza a la edad de tres años y a él asisten niños de tres, cuatro, cinco y seis años, en modalidad de salas integradas.
La primaria se inicia a los siete años y el maestro de grado acompaña a los niños durante todo el período, que concluye al iniciarse el secundario. El objetivo es que a través del conocimiento profundo de cada niño, el maestro pueda percibir lo que necesita pedagógicamente en cada momento.
La enseñanza se organiza por épocas, no hay un horario. Esto significa que un área de conocimiento se profundiza durante aproximadamente 3 ó 4 semanas y luego se pasa a la siguiente.
El alumno va confeccionando su propio cuaderno de aprendizaje a lo largo del período lectivo. El acercamiento al pensamiento abstracto, con textos y otras fuentes de información es progresivo evitando la intelectualización precoz en los niños.
El maestro evalúa el proceso de aprendizaje a través del contacto cotidiano con los alumnos. Por este motivo el docente tiene una estrecha y recurrente comunicación con los padres, manteniéndolos informados y propiciando un vínculo de retroalimentación. La evaluación final se da en forma de un registro narrativo que comenta el desempeño del niño a lo largo de todo el ciclo lectivo. Esta peculiaridad, además, procura no fomentar la competitividad.
En cuanto a idiomas, se les proporciona desde primer grado alemán e inglés. Se procura con ello que los niños vivencien el «genio de la lengua», sin buscar un bilingüismo prematuro.
¿Una educación sin notas?
Este enfoque pedagógico sitúa en el centro al alumno, abordando los distintos conocimiento a partir de las etapas de desarrollo en que se encuentren. De este modo, tras tener una imagen de las necesidades de los distintos alumnos, se busca que ellos se involucren con la realización de una tarea, participen por un deseo de aprender y vivencien experiencias satisfactorias de aprendizaje. Al no calificarlos, se les da el espacio para que aquellos niños, con ciertas dificultades, puedan sentirse capaces de realizar un determinado trabajo desde sus destrezas y capacidades individuales.
Si bien no hay notas, a diario se les exige por medio del trabajo en sus cuadernos de clase, tareas, investigaciones, proyectos, presentaciones de distintos tipos, realización de trabajos, informes de lectura, ensayos, etc. Y, a fin de año, el maestro realiza un informe sobre cada alumno, en el cual describe como fue transitando su aprendizaje a lo largo del año.
¿Un niño con capacidades especiales puede concurrir a una escuela Waldorf?
La mayoría de las escuelas cuentan con un equipo pedagógico-terapéutico capaz de acompañar al niño en su desarrollo, evaluando sus capacidades individuales y generando un esquema de aprendizaje que favorezca su avance tanto académico como anímico-espiritual. Es por eso que las escuelas Waldorf son aptas para niños con problemas de aprendizaje o necesidades especiales. Cada escuela organiza la manera y medida en que estos niños se incorporan a los grados para lograr un armónico equilibrio.
Un niño que concurrió a una escuela Waldorf, ante la necesidad de cambiarse a una escuela con pedagogía tradicional, ¿presentaría alguna dificultad?
Los contenidos que se enseñan en una escuela Waldorf contemplan los establecidos por la enseñanza oficial y agregan otros propios de la curricula Waldorf. Los niños se adaptan con naturalidad a otros sistemas educativos y, si egresan de una escuela Waldorf, no presentan problemas al iniciarse en la Universidad o cualquier estudio terciario.