Frente a una situación de bullying los docentes tenemos que evaluar inmediatamente el grado de riesgo y en función de ello actuar ya que debemos velar por la integridad física y mental de cada uno. Es necesario descartar que no haya armas involucradas, amenazas físicas o abusos.
Algunas estrategias que podemos implementar según el caso son:
Reunir un equipo de trabajo donde especialistas puedan orientar a los maestros y brinden estrategias concretas de acción y contención.
Contactarnos con la familia del niño en cuestión y aunar información para definir una estrategia de acción conjunta.
Los maestros también podemos revisar informes que se hayan realizado en años anteriores o conversar con maestros de otros grados para recabar información de la evolución del niño durante los últimos tiempos y descubrir patrones de conducta o episodios que den cuenta de la actual problemática.
En el momento de efervescencia los adultos debemos mantener la calma e intervenir sin vacilar. Tenemos que poner nuestras energías en resolver el conflicto y no en lamentarse por lo que se pudo haber hecho o buscar culpables.
Con los chicos podemos realizar conversaciones individuales o en pequeños grupos donde a través de un clima cálido, de escucha atenta y sin ser expuestos ante el resto de la clase puedan reflexionar y manifestar sus sentimientos: enojos, preocupaciones, tensiones vividas.
Si queremos abordar la situación pacíficamente, en ningún caso debemos generar polos oposicionistas ya esto puede generar más violencia o que después los niños quedan rotulados como el “culpable” o “el raro”, porque a la larga se torna muy difícil desencasillarlos frente al grupo.
Más que trasmitirles a los alumnos un panorama dramático, tenemos que ser muy positivos y hacerles visualizar que las situaciones de crisis implican un cambio que se puede construir entre todos.
Actividades grupales de expresión artística pueden colaborar a la expresividad de los chicos y favorecer sentimientos de bienestar, colaboración y desahogo sin necesariamente tener que conversar puntualmente del tema.
Los chicos pueden armar un mural, preparar un baile o una canción, elaborar reglas de convivencia para exponer en otros grados…
Para reparar el hecho se requerirá de un profundo arrepentimiento y verdadera empatía hacia el otro damnificado. Sin embargo no podemos pretender que el/los agresor/es logre/n estas conductas instantáneamente ya que precisan ser procesadas y encarnadas. Es necesario darles tiempo y realizar un seguimiento durante los meses siguientes.