La otitis externa es una infección que consiste en la inflamación del canal auditivo externo o pabellón auricular.
La incidencia aumenta en esta época del año por las actividades acuáticas y porque con la excesiva humedad se dan las condiciones necesarias para la proliferación de hongos y bacterias.
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Ante la queja de dolor de oído reiterada de tus hijos “no hagas oídos sordos”.
Aunque es una enfermedad común, siempre lo más conveniente es consultar a un profesional sobre el tratamiento. Es el médico quien, si lo considera, se encargará de limpiar cuidadosamente el canal auditivo externo.
Además de la limpieza del canal auditivo, hay que tratar la inflamación y la infección. Esto generalmente se realiza con un tratamiento por 7 días de gotas que se colocan en los oídos, y si la infección produce mucho dolor, el facultativo indicará el uso de algún anti-inflamatorio por vía oral. Durante el tratamiento es recomendable proteger los oídos a la hora de bañarse, evitar la natación y el uso de auriculares.
Para evitar factores que predisponen a esta enfermedad se aconseja no introducir en el oído nada más pequeño que el dedo meñique, por lo tanto, ni hisopos, ni toallas, ni dedos ya que lejos de limpiar, empujan hacia adentro los restos de cera, dificultando más la higiene adecuada.
Para aquellos que sufren recurrentemente esta infección se les sugiere el uso de tapones para los oídos a la hora de nadar.
Hay quienes aconsejan usar secador de pelo al mínimo y a una distancia de 30cm para evitar la humedad en el oído luego de haber estado en contacto con agua. Sin embargo esto puede resultar muy incómodo y hasta contradictorio si el fin fue mojarse para refrescarse…
Hay médicos que aconsejan, después de la pileta o el baño, colocar alcohol o ácido acético diluido.
Sin embargo, insistimos, que ante el mínimo dolor de oído, lo mejor es consultar para prevenir y asegurarnos el correcto tratamiento con un profesional, que esperar a que la situación empeore.