¡Manos a la obra! Cómo se preparan y decoran las aulas

Con el inicio de cada nuevo ciclo lectivo, todo comienza una vez más. Los chicos cambian de grado y de maestros, y cada docente recibe a un nuevo grupo de alumnos. Muchas veces el aula es la misma, pero no será igual con otras personitas que la llenarán de historias y experiencias nuevas.

Dicen que las personas hacen al lugar, pero también el entorno las condiciona. Está demostrado que la interrelación con el lugar donde nos desarrollamos influye en nuestra conducta, salud y calidad de vida. Así es como todo lo que rodea a los niños en su lugar de aprendizaje impacta en el estado emocional, metodológico y motivacional. La iluminación, la limpieza, la ventilación, la temperatura, el color del techo, las paredes y hasta la decoración.

Según revela el estudio Entornos de aula que promueven el aprendizaje (Classroom Environments That Promote Learning): “debido a que el aprendizaje es multifactorial y complejo, demanda la existencia de condiciones ambientales mínimas, especialmente porque el ambiente enseña por sí mismo”.

El aula es un espacio de una riqueza invaluable que responde a una estrategia educativa y constituye un instrumento que respalda el proceso de aprendizaje. Es un ambiente vivo, dinámico y cambiante, a medida que cambian los niños, los intereses, las necesidades, los docentes y el entorno en el que están inmersos.

Bienvenidos exito

Fernanda Fusco es la directora de la Escuela Modelo Leonardo Da Vinci de La Matanza,  donde trabaja hace casi veinte años. Según cuentan las docentes de la institución, Fusco es la responsable de la libertad que tienen para trabajar de manera creativa con los chicos en las aulas. Ella es, además, la encargada de distribuir el material -que Ledesma les envía- por partes iguales a cada curso y en función del contenido.

“El material no está de adorno. Intentamos que el aula sea un ambiente alfabetizador, entonces continuamente vamos poniendo diferentes estímulos. El impacto de cada nueva lámina, hace que los chicos se sorprendan y aprendan”, dijo la directora.

El aula, un lugar de pertenencia.

Constanza Vaccare, es maestra jardinera y lleva 16 años trabajando con niños de nivel inicial. En diálogo con Ledesma, comentó que “durante el mes de febrero cuando nos reincorporamos al trabajo en las aulas, empezamos a visualizar cómo vamos a recibir a los chicos y de esa manera ponemos manos a la obra con las materiales que tenemos. Muchas veces reciclamos los del año anterior y después sumamos el nuevo material que nos va llegando”. De esa manera, empiezan a preparar el entorno para recibir a los nuevos alumnos.

“Siempre tenemos a mano una regla numérica, que por lo general trabajamos en cartulina, un abecedario que vaya mostrándole a los chicos pistas de cuáles son las letras con las que comienzan algunas palabras, y dejamos muchos espacios en blanco porque, los primeros días, trabajamos con los chicos en un ‘mano a la obra’ para que ellos hagan su propio espacio”, cuenta Vaccare.

LAMINAS

A través del uso papeles, cartulinas, afiches, con mucho color y con las técnicas que ellos fueron aprendiendo, los chicos se apropian del lugar. “Además, colocamos ciertas imágenes que sean significativas para que se encariñen con el lugar que van a compartir con sus compañeros todo el año”, agregó la maestra.

Por su parte, Lorena Díaz, docente de sexto grado en la Escuela Modelo Leonardo Da Vinci de La Matanza, contó que antes de comenzar las clases, son ellas las que decoran las aulas y en cada curso utilizan una temática diferente, “por ejemplo para los más grandes, hacemos muñequitos que representan a los egresados. Lo que siempre ponemos es el cartel de ‘Bienvenidos’ y el abecedario para decorar las aulas de los más chiquitos. Pero durante el año, el aula se va decorando con el trabajo de los alumnos”, dijo.

Para Lorena, el aula es un lugar de trabajo y dice que, a veces, cuántas más cosas hay más factores de distracción tienen los chicos. “Antes nos gustaba ponerles de todo en el aula. Pero desde hace unos años probamos decorarla de una manera más sencilla que sirva para el aprendizaje; yo siempre pongo una tabla pitagórica, un mapa de Argentina, un planisferio y el calendario”, contó la docente.

CALENDARIO

En la misma línea, María Fernanda Balseiro, maestra jardinera de la Escuela Infantil Pampita de Almagro, coincide: “No es cuestión de recargar el aula con objetos que distraigan, sino de hacer una selección de elementos que atraigan la atención de los chicos. Todo tiene que ver con la intencionalidad, con lo que queremos resaltar, incorporando siempre los colores, las sombras, las figuras, mediante el uso de distintos materiales”.

Díaz, a su vez, explicó que las láminas que los chicos van haciendo y que tienen un contenido específico, se cuelgan durante un tiempo en el aula y se van reemplazando con nuevos trabajos durante todo el año. Pero aquellos que tienen un interés general, son exhibidos en los lugares de uso común de la escuela para toda la comunidad educativa. De esta manera, su lugar de pertenencia se extiende.

Para la Licenciada en Psicología Andrea Etchepare (M.N. 18888 y M.P. 82423) todo ese material que tienen a disposición en la escuela se puede aprovechar para que los chicos construyan el espacio como les gusta a ellos, que decoren las aulas poniendo su impronta, su sello personal, para hacer de ese espacio su lugar de pertenencia. “Eso alimenta la autoestima absolutamente, alimenta la idea de que lo que uno aporta y piensa es importante, tenido en cuenta y se siente valorado”, dijo la licenciada.

DIBUJO ALUMNO 1

Etchepare, que trabaja en un Centro de Día para personas con discapacidad, contó que  una vez les pidió a sus pacientes que la ayudaran a decorar el consultorio y cada uno le llevó un dibujo diferente hecho con diversos materiales. “Ahora, lo primero que ven cuando entran es su dibujo y eso les saca una sonrisa. Ellos se reconocen en sus trabajos y eso les da entidad de sujetos, de pertenencia, de valoración y por consecuencia, uno se vuelve un referente en el que pueden confiar. Lo mismo sucede en las aulas con los niños y sus maestros”, dijo Andrea.

“Lo más importante para cualquier persona es sentirse sujeto activo del proceso en el que está inmerso. Para un nene de cuatro años tener la capacidad de elegir poner su manito en esta pared, de este color y de esta manera se traduce en felicidad, en ganas de estar y de volver a ese lugar porque siente que le pertenece”, agregó Etchepare.

hoy quien cumple

El papel y la decoración como herramienta de comunicación

A pesar de que Constanza Vaccare actualmente está a cargo de la educación digital del nivel inicial, cuenta que durante el año usan mucho el papel para crear láminas, carteles, distintos elementos concretos con los que los chicos van aprendiendo contenidos. Además de otros soportes como telas o cartón que les permite a los chicos seguir aprendiendo sobre las formas, las texturas, el color y explorar completamente su creatividad. “Los chicos dan rienda suelta a su lado creativo y todo queda plasmado en las hojas grandes de dibujo o cartulinas, y en esa hermosa carpeta que se llevan a fin de año”, dijo.

Para la docente, es indispensable el material para comunicar a los papás todo tipo de cosas. En las carteleras generales, que siempre están en un lugar accesible para los padres, las maestras vuelcan las novedades. Constanza agregó que “a veces se suma la intervención de los chicos, por ejemplo, cuando recordamos alguna efeméride y ellos hicieron algún material que quieren compartir con todas las familias de la escuela”.

DIBUJO ALUMNO 4

“La realidad es que sería muy difícil pensar el trabajo sin todo este tipo de material que a nosotros nos permite desandar y andar todos los conceptos tratando de enseñar a los chicos, y que ellos puedan expresarse plasmando en el papel su imaginación a través del tiempo, para ellos y sus familias”, concluyó Vaccare.

“Las maestras le damos al papel un sinfín de usos”, dijo Balseiro, “ya sea nuevo o en recortes que reutilizamos en los trabajos que hacen los chicos para sus familias o en las láminas que decoran las aulas y las carteleras”, agregó.

Lorena comentó que también decoran las carteleras de los pasillos y del hall de entrada de la escuela para que los papás y los chicos de otros cursos vean lo que hacen en el aula; en especial cuando se trata de fechas importantes. “Por ejemplo, para el día de la mujer, le dimos a los chicos fragmentos de la biografía de diez mujeres importantes de la historia y cada grupo armó una lámina sobre esa mujer, lo expuso y luego cada uno tenía que hacer lo mismo eligiendo a una mujer importante en su vida”, contó.

DIA DE LA MUJER

Pero los chicos no solo aprenden a comunicar a los demás lo que incorporan en la escuela, también, a comunicarse entre ellos. En la Escuela Modelo Leonardo Da Vinci, según cuenta Díaz: “todos los jueves hacemos ‘la hora maagal’, es un término que viene de la India y tiene que ver con la disposición de gente sentada en el piso en círculo para debatir sobre diferentes temas”.

Se trata de un momento de reflexión sobre temas de actualidad que afectan a los chicos quienes debaten, ponen en común las distintas opiniones y finalmente, plasman en una cartulina o papel afiche las conclusiones. El trabajo se exhibe en la cartelera de la escuela a fin de compartirlo con toda la comunidad. A través de ese ejercicio, los chicos desarrollan otras cuestiones como la tolerancia, el respeto a la opinión del otro y la solidaridad.

Dijo la licenciada Etchepare: “Los chicos buscan identificarse con modelos distintos de sus padres. Que un chico en plena pubertad, con todo lo que eso implica, encuentre un docente que lo tiene en cuenta, le da lugar sin perder la referencia de autoridad y de líder positivo, y le permite expresar lo que piensa y siente, cuánto le cambia la perspectiva y la imagen de ese sujeto para identificarse. Si además se traduce en una lámina, una cartulina o un dibujo, y para eso todo material didáctico que les llegue es útil, esa idea de valoración se trasmite a los demás”.

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La casa y la escuela son para los niños el primer modelo de vida en sociedad. Así como intentamos cuidar el hogar para que se sientan cómodos, seguros y crezcan en un ambiente propicio para su desarrollo, debemos lograr que les pase lo mismo con la escuela, tanto desde lo académico como lo estructural.

En ese contexto, el trabajo de directivos, padres y docentes es fundamental. Es un encadenamiento de aportes que van en la misma dirección, es el aporte de uno para el hacer de otros y el objetivo es que los chicos se sientan a gusto en el colegio y hagan de ese espacio su lugar.

Mercedes Tombesi