¿Por qué la Línea Artística de Ledesma se llama Quinquela?

Benito Quinquela Martín es considerado uno de los pintores argentinos más importantes del país y el emblema del barrio de La Boca. Su obra refleja el trabajo del hombre en el puerto y la vida de la gente de su barrio. Pero el legado del artista va más allá de sus grabados, pinturas y murales.     

Los que tuvieron la posibilidad de recorrer La Boca, una de las zonas más pintorescas de la ciudad de Buenos Aires, sabrán que guarda en cada rincón la huella inconfundible del artista. Sus calles, sus colores, Caminito, el Museo de Bellas Artes, la escuela, el teatro, cada esquina conserva el espíritu de aquel pintor de gran sensibilidad que le devolvió al barrio y a su gente todo lo que él llegó a ser.

“Cuanto hice y cuanto conseguí, a mi barrio se lo debo.  De ahí el impulso irrefrenable que inspiró mis fundaciones, todas ellas afincadas en La Boca. Por eso mis donaciones no las  considero tales, sino como devoluciones. Le devolví a mi barrio buena parte de lo que él me hizo ganar con mi arte.” Benito Quinquela Martín (BQM).

El Museo de Bellas Artes de La Boca de Artistas Argentinos Benito Quinquela Martín, es una de las Instituciones que el artista donó al barrio con la intención de crear un polo de desarrollo cultural, educativo y sanitario. Ubicado en el corazón del barrio de La Boca, exhibe la mayor colección de obras del pintor y de otros artistas boquenses y argentinos.  Comprometido con el desarrollo educativo, el Museo, promueve una concepción del arte como factor decisivo en los procesos cotidianos de construcción de identidad.

Víctor Fernández, Director del Museo, dijo en diálogo con Ledesma: “Si nos centramos en las devoluciones de Quinquela al barrio, él se negaba a llamarlas donaciones, para comprender el marco en el que se dan, el contexto, no está de más recordar algunos aspectos de su vida: esta parábola de chico huérfano, de niño expósito adoptado por el matrimonio de carboneros de La Boca, que tiene que trabajar en las tareas más duras del puerto, hasta bien entrada su juventud, que paralelamente en su adolescencia empieza a despuntar su vocación por el arte”.

QUINQUELA JOVEN 1916JUVENTUD. Benito Quinquela Martín en el puerto de La Boca y sus primeros trazos (1916).
QUINQUELA Y SUS PADRES 1940FAMILIA. Quinquela junto a sus padres adoptivos (1940). 

Benito Juan Martín, tal era su nombre, fue abandonado por sus padres biológicos en la Casa de Niños Expósitos en 1890 con apenas unas semanas de vida. Allí permaneció siete años hasta que fue adoptado por un matrimonio humilde, Justina Molina, oriunda de Entre Ríos, y Manuel Chinchella, un inmigrante genovés que tenía por única fortuna una pequeña carbonería en el barrio de La Boca.

De pequeño, Benito debía repartir el carbón que sus padres vendían a los vecinos del barrio. Por esa razón, sólo llegó a cursar los dos primeros años de la escuela primaria. A los diecisiete años se inscribió en un curso de dibujo y pintura que dictaba Alfredo Lazzari en el salón Unión de La Boca, y además de las tareas de carbonero, también comenzó a pintar. Sus primeros motivos fueron los barcos y el barrio. Según declaraciones del propio Quinquela, “la Vuelta de Rocha era un cuadro natural y magnífico, siempre igual y siempre diferente; allí estaban los trabajadores del mar, del río y del puerto con sus largos días de duro trabajo, todo eso estaba a mi alcance”.

QUINQUELA PINTANDO 1925LA BOCA. Quinquela plasmó en sus telas el trabajo y el alma de su barrio. 

En el año 1918 realiza su primera muestra de gran suceso en Witcomb, la Galería de Arte más importante de Buenos Aires. A partir de entonces, y por los siguientes diez años, sus obras fueron exhibidas en las principales ciudades del mundo. Cada una de sus muestras era un éxito en ventas y en aceptación, figurando en las principales colecciones mundiales.

Para Quinquela “la felicidad no consiste en poseer sino en dar y yo me siento feliz cuando veo que otros lo son por mi esfuerzo.” Fiel a cada una de sus palabras, a pesar de haber viajado por el mundo con su arte y de haber logrado el reconocimiento internacional, jamás olvidó sus orígenes.

“La Boca es mi taller, mi refugio y mi modelo. Todo lo que hice y todo lo que conseguí es un premio a la fidelidad. En mi vida y en mi arte permanecí siempre fiel a mi gente, a mi barrio y a mi puerto.” (BQM)

Al regresar de la exposición de Londres en 1930, decidió dejar de viajar y concentrar sus esfuerzos en hacer obras en su barrio y para su gente. Las principales son las que configuraron un complejo social, sanitario, educativo y cultural único en nuestro país. 

Año tras año fue comprando terrenos donde se instaló la Escuela de Artes Gráficas, el Lactario Municipal, (donde las “amas de leche” daban alimento a los niños pobres o abandonados), el Jardín de Infantes, el Teatro de la Ribera, el Hospital de Odontología Infantil y el Museo de Bellas Artes de La Boca.

INSTITUCIONESLEGADO. Complejo social, cultural, sanitario y educativo donado por Quinquela a su barrio.

Respecto de estas “devoluciones” del pintor a su barrio, Víctor Fernández destacó “la mirada lúcida de Quinquela, cómo -de algún modo- se adelanta a su tiempo. En sus viajes había recogido las experiencias referidas a cultura, educación, institucionalidad de estos motores sociales, que desemboca en instituciones realmente muy avanzadas para la época, y que hoy siguen funcionando.”

Fernández agregó que “está muy bien ver en esta serie de donaciones e instituciones que crea para su gente, cómo Quinquela recoge la herencia de un barrio que se había construído sobre la base de la solidaridad y, especialmente, sobre la base de la fe transformadora del arte y de la educación”.   

“Los hombres no valen por lo que tienen, ni siquiera por lo que son, valen por lo que dan”. (BQM)

Los principales ejes del ideario de Quinquela eran contribuir a la construcción de ciudadanía y de configuración de identidad cultural. “Su interés por la cultura y la educación como herramienta transformadora, se vio reflejado en sus obras que iban más allá de las paredes del complejo y se extendía sobre el paisaje, por ejemplo, cuando crea Caminito”, comentó el director.

CAMINITO  CAMINITO. El conjunto de esculturas y relieves reflejan la identidad nacional.

Al recorrer la emblemática calle Caminito, se pueden ver las obras de grandes escultores contemporáneos a Quinquela. “Los temas que el conjunto de las esculturas recorre, tiene que ver con lo mismo que orientó la colección del pintor, es decir, un repertorio de tradiciones, personajes y paisajes de todo el país”, contó Fernández.

Tal como explica el director del Museo, “la ambición de Quinquela era por un lado que el chico pudiera convivir con imágenes que representaran su identidad, el ambiente de trabajo en el puerto pero, además, permitirle asomarse a esa diversidad cultural natural que nos compone, esta tremenda amplitud cultural y geográfica que constituye la Argentina”.

MURAL QUINQUELA 1958MURALES. El arte en las aulas sirve a la educación de los niños (1958).

Es posible ver que en la colección del Museo, Caminito y las aulas de la escuela que donó Quinquela, se expresa en distintos lenguajes: pintura, escultura, relieves o murales, la identidad nacional. 

Pero, “aunque parezca mentira”, según palabras del propio artista, le prohibieron pintar en las escuelas: “Decían que las aulas escolares no debían pintarse, porque las decoraciones distraían la atención de los alumnos; decían que eran para estudiar y no para ver murales de gente trabajando”.

Pero Quinquela trabajó a escondidas, pintó paneles que luego colocó sobre las paredes y argumentó: “Estos cuadros llevan el símbolo del trabajo a la escuela, sirven a la educación de los niños y despiertan en ellos el amor a la belleza.”

 

La educación artística

Según los especialistas, la educación artística en la infancia es uno de los recursos fundamentales para el aprendizaje. A través del arte los más pequeños, especialmente los que todavía no pueden expresarse a través del lenguaje, son capaces de comunicarse, de exteriorizar sus emociones y de liberar sus sentimientos.

El arte permite a los niños conectarse con ellos mismos y con el entorno en el que crecen. Los ayuda a reforzar su confianza y autoestima. Es una manera de vivir y de relacionarse con los demás, les permite sensibilizarse con el mundo y desarrollarse como mejores seres humanos.

IGNACIO BARONE

DISCIPULO. Ignacio, admira la obra de Quinquela y sueña con ser pintor.

Ignacio Tkaczyk Barone tiene 16 años y cursa el cuarto año en la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano. “El arte es placer y conocimiento. No solo representa la posibilidad de expresarme sino, además, de crear para ver desde qué punto la creación puede retribuirme”, dijo Ignacio.

Para el joven artista hay dos caminos: “el de las personas que quieren adentrarse en el arte y el de los espectadores. Los primeros se enfocan en el recorrido que quieren hacer desde adentro, ya sea artístico o personal, como una búsqueda. Para los espectadores, el arte es una respuesta”.

Si bien en su entorno familiar no hay artistas, su interés por el arte y la pasión por la pintura se los debe a su mamá que “de chico me llevaba a los museos, especialmente, al de Quinquela”, dijo.

“Créame que estoy agradecido por los sufrimientos que me deparó la suerte. Es lo que muchos no pueden comprender. Nada contribuyó tanto a hacerme artista, a permitirme imponer mi personalidad, a sustraerla de todos los desvíos capaces de debilitarla.” BQM

Un hombre cuya vida parecía predestinada a seguir sufriendo las condiciones más adversas, sobre la base del esfuerzo y la fe en sí mismo, pudo cambiar su realidad y transformar su vida. “A través de su obra, tanto artística como filantrópica, Quinquela les está diciendo a los chicos que vale la pena animarse a soñar”, dijo Víctor Fernández, y agregó: “Su mensaje es un incentivo, en una de esas tenemos la fuerza y el talento suficientes para hacer realidad esos sueños grandes y nobles, y que si él pudo, por lo menos, vale la pena intentarlo.”

Una frase de Voltaire dice que “El arte de la vida consiste en hacer de la vida una obra de arte” y eso fue lo que Quinquela logró. Para el pintor, el barrio donde vivió toda su vida fue la hoja en blanco en la que plasmó su mejor obra.

Ahora ya sabés por qué la Línea Artística de Ledesma se llama Quinquela.

 

Mercedes Tombesi

 

Línea Artística “Quinquela”

Hace tres años Ledesma lanzó al mercado su línea artística “Quinquela”.

Observamos que muchos estudiantes buscaban cuadernos lisos con buen gramaje para sus trabajos y decidimos diseñar una línea acorde a sus necesidades.

flyer trade

El Maletín Artístico es súper práctico para llevar con total comodidad todas tus producciones. Confeccionado con simil neoprene (impermeable), cierre n° 5 invertido, correa de mano y bolsillo interno para clasificar tus materiales.

KIT LEDESMADentro del Maletín encontrarás:

  • 1 Cuaderno con Espiral 16×21 cm
  • 1 Cuaderno con Espiral 22×29 cm
  • 1 Bloc Tapa Volcable 32×47 cm.

Todos con hojas lisas y papel para dibujo de 120 g/m2.