Mi hijo comienza las clases en un nuevo colegio…

Adaptacion primeros dias con logo

Todo cambio de rutina provoca una reacción natural de inseguridad. Para algunos chicos, comenzar las clases en un nuevo colegio es vivido como un paso conflictivo que necesita de la contención de los padres, de los nuevos maestros y de las autoridades la escuela.

¿Cómo será la maestra? ¿Dónde quedará mi aula? ¿Con quién me voy a sentar? ¿Quiénes serán mis amigos?, son alguno de los interrogantes que se harán los niños y que lógicamente causarán ansiedad e inquietud hasta que no queden resueltos. Los más extrovertidos manifestarán sus dudas explícitamente  pero personalidades más tímidas y reservadas quizá no puedan verbalizar esta angustia, la que corre el riesgo de manifestarse en conductas agresivas o de tristeza ante la situación. La intervención a tiempo del docente  y la contención de padres y familiares aliviarán el período de adaptación.

Para que puedas acompañar a  tu hijo en este proceso, te proponemos algunos consejos previos al comienzo de clases:

  • Aprovechar el período de vacaciones para hablar del cambio por venir, siempre viendo los aspectos positivos, por ejemplo, manifestar: “¡cuánto compañeros nuevos vas a tener!” o “cuando te lleve al colegio todas las mañanas podremos comprar un juguito o alguna golosina para el recreo en el kiosco de la lado”.
  • Contarles experiencias personales de cuando éramos chicos: quién se sentó al lado nuestro el primer día de clases; quién nos habló en el recreo por primera vez; cómo era nuestra primera maestra, etc.
  • Seguramente para este momento ya habrán hecho juntos una visita a las nuevas instalaciones; más allá de eso, durante el verano o los días previos al comienzo de clases, pueden pasear por las calles cercanas y ver qué comercios hay alrededor, familiarizarse con las calles, ver qué líneas de colectivo pasan. En algunos casos podrán tomar fotografías, ver algunas imágenes en alguna página de internet y hasta ver la foto satelital del colegio en el programa google maps; ¡no te imaginás lo divertido que puede llegar a ser!
  • Comprar el uniforme y los útiles juntos, permitiendo que él tome algunas decisiones. Probarse el uniforme o guardapolvos varios días antes de que empiecen las clases para que se observe en el espejo, para mostrárselo a los hermanos mayores y abuelos o para hacerle retoques en el ruedo o arreglos, le permitirá ir acostumbrándose a la nueva imagen  y a sentirse cómodo. No olvidemos hacer lo mismo con los zapatos nuevos…
  • Plantear a partir de un juego de preguntas y respuestas cómo resolvería algunas situaciones e inconvenientes que pudieran surgir en el aula o jornada escolar: por ejemplo: qué haría si no llega a copiar todo del pizarrón y la señorita ya borró; si un compañero le pide un útil prestado y no lo devuelve; si de pronto tiene ganas de ir al baño pero la maestra explicó que hasta el recreo no va nadie más. A través de las respuestas que manifieste podremos ver qué grado de poder de decisión o indecisión tiene e incluso, si sus respuestas están correctamente orientadas o no. Otra opción es darles nosotros tres opciones para que elija cuál le parece la más correcta. Este juego hará que surjan de él algunas situaciones problemáticas que lo inquieten y pueda verbalizarlas para que juntos anticipemos una solución.

El abstraer este tipo de situaciones implica un esfuerzo cognitivo muy valioso en esta nueva esta etapa ya le permite a nuestro hijo ir definiendo una autonomía en la toma de decisiones, al tiempo que los adultos podemos ir monitoreando su línea de acción y pensamiento a través de sus respuestas. El poder explicitar la solución a situaciones a veces adversas, o sea, el ver que hay diferentes soluciones lo aliviará. Lo importante es que sepa que cuenta con nosotros y con sus maestros para superar situaciones difíciles y resolver conflictos.

 

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